Ese fondo derramando notas
como en gritos para alimentar las penas
podría ser el otoño que se viste de invierno
jugarreta de la vida
o ha de ser que andamos solitarios
y uno no sabe para donde tirar las soledades.
Pero tal vez
ni estamos solos
y necios dejamos que las aflicciones se acomoden
porque es otoño
y los campos secan el verde de las horas.
No se sabe
pero el frío se acopla entre las letras
busquemos un cerillo para encender fogatas.
Una mínima luz
y todo será resplandor.
Así me digo
antes de la noche.
(Fui con Marichuy a leer nocturno y encontré violín, penas y poemas. Dejé unas letras, las tomé prestadas porque son de ella)