02 julio 2021

Impresión de libros bajo demanda


Portadas, Cerebro y L a U.

La pandemia nos ha mostrado lo que somos. El año pasado el FB se llenaba, llenaban, de mensajes de amor y miel, digo yo, pero en los hechos, en mi país, aventaban cloro a las enfermeras, en algún lugar quemaron un nido de murciélagos, la gente decía que la pandemia era invención del gobierno, que era una mentira. Los muertos siguieron, en mi país y en todo el mundo. No seremos hermanitos, buenos unos con otros por este encierro, ni por los millones de decesos, los decesos siguen, los feminicidios, las violaciones infantiles, las desapariciones. Las pérdida$ seguirán siendo de todos, las ganancia$ de unos cuantos. La bolsa de valores sigue, las acciones siguen, los bombardeos siguen, el despojo sigue, todo sigue como antes... desde casa. Culpemos al hombre, no al sistema que es libre, libre mercado, libre para gastar, "dejar hacer, dejar pasar"... libres para morir en cualquier parte. Y si hay razones para creer que se puede construir un mundo mejor porque los amigos y amigas han ido en la ayuda, porque hay quien comparte el pan con los que lo necesitan, porque hay donadores de sangre, porque enfermeras y doctores han estado en la línea de muerte para dar vida, porque los desaparecidos y desaparecidas de la guerra sucia y la violencia son testimonio del valor que la vida tiene, porque hay quien defiende a los árboles y las abejas... hay muchas, muchas razones para ver que si es posible.
Así que por la pandemia hago libros, como antes de ella decidí hacer libros y escribir poesía (¿poesía? ¿libros? eso a nadie interesa, quién lee ahora, me dijeron, y menos poesía, me volvieron a decir) Es una aventura, bella aventura hacer libros hasta que se descompone el equipo. Escasea el material y los pedidos y los días van con la deuda creciente, ah pero hay tiempo, si, tiempo, hay más tiempo que vida decía mi abuela, y Lú Serés se comunicó conmigo y hablamos del tiempo, del antes, cuando éramos jóvenes e indocumentados y el sueño, como esa lucha real de lo que se quiere, ella aportó para continuar el sueño utópico de hacer libros, desde el otro mundo, es decir, del otro lado del charco, hizo posible que las portadas de los libros fueran una realidad pintada a todo color.
Hay más tiempo que vida, decía mi abuela, y Cohutec Vargas Genis me pidió un texto sobre poesía y psicología, no soy psicólogo y he de ser mal poeta pero escribo, así que le mandé un texto que Lyn Oropeza, su compañera, integró a un libro que se titula Neuro-Arte Terapia, varios artículos integran ese libro, experiencias de terapeutas y hacedores de arte como pintores, teatro, escritores, música... un libro único. Ahí planteo que la poesía salva, salva de uno mismo, "salva del yo abandonado que sufre el desamor y lo transforma en un yo esperanzado que se niega a morir para aferrarse a la vida en la esperanza del amor". Y como había tiempo, encerrado para no morir, escribí dos libros de poesía que ya saldrán a la luz pública en el momento que sea necesario.
En algún momento Ricardo Hernández se puso en contacto conmigo y recordamos tiempos comunes y urbano-populares y me mandó una novela que aunque haya más tiempo que vida no se medía el tiempo por esa posibilidad de hacer sino por tiempo retrasado, sin embargo la U, una novela de 428 páginas, la leímos varias veces , pese a retrasos y esas horribles situaciones salió, ahora si puedo decir lo que la novela no es, no soy crítico ni nada de eso, solo un lector y hacedor de libros así que libremente diré lo que la U no es: no es ideología, no es panfleto, no es el romanticismo de la lucha urbana, ni siquiera es una novela que siga los caminos que deba seguir una novela para ser best seller, tampoco es un comunicado del futuro promisorio entregado como fax, no hay besos, ni victorias por la conquista del pan y la tierra por las masas hartas de lo cotidiano, no hay metáforas excelsas o lenguaje bonito que descifre los pasados para mostrar el futuro. Es La U. Una utopía latinoamericana, si, utopía. Una novela del tiempo de antes que sigue siendo el tiempo de hoy. (Ya había publicado todo esto y regresé porque me falto decir que me gustó mucho La U, me encantó leerla. Su contenido es una pista para entender los acontecimientos presentes, una novela que sumerge en la contradicción de los sucesos y personajes donde el "sueño" colectivo es la pesadilla del presente).
La supervisora Victoria Estrada, enfermó hace cuatro meses, pero seguimos en la lucha asociada de armar hojas llenas de letras para encuadernarlas y ver que es posible hacer realidad lo que se quiere.
Lumpenpoeta 2021.