03 diciembre 2010

VENDAVAL

Foto: Lumpenpo "Rostro del Cielo"
I
Ventoleras sin permiso invaden las grietas de la noche
silban en su caudal friolento y en las copas de los árboles
beben
nocturnas
reflejos de ámbar en su despliegue autoritario.

Se extiende el oscuro manantial en la fatiga del insomnio.
Hay ruidos vagabundos
música de nada en acordes de polvo y desamparo.

Se arremolinan las letras de tu nombre
vocablos que se acomodan en el tumulto de sórdidos latidos
huérfanos
de luna y sus desplantes.

Ya no quiero tu voz irrumpiendo las almohadas.



II
Qué inclemente ausencia anuda los horarios.

Ya no soy
sino este 
             caer
sin término ni fondo
en el limbo de la congelación de los pecados.

El agua resbala por el cauce de mi cuerpo.
Medianoche de sed y agonía.
Tardo
         descenso
                      al narcótico del sueño.



III
Tengo los labios en un páramo
y estas manos donde ya no nacen las caricias.
Eres el silencio rostro de las sombras
un rumor
donde apenas te adivino en la ruina de mis huesos.



IV
Se eleva el andamio nocturno
deviene el alba en su ropaje de mañana
y otros vientos inundan los rincones de las horas.

Ausente de ti desconozco el idioma de la prisa
y va lento el trazo luminoso hasta el borde del crepúsculo
donde muere el vuelo de las aves.


V
La desmemoria es sangre que fluye entre las venas de mi aurora
y ya no se de tus temblores en el líquido desenlace del placer
lancé esas blasfemias revolcadas de sexo a la basura de lo inútil.
En algún vendaval están las letras que te advierten.
En la tormenta deslavé el brillo de tus ojos
y un tornado de olvido puebla la estela de mis dedos.
Dejé el contorno de tu vida en el filo del pasado.



VI 
He perdido todo
recogí entre los escombros un puñado de luz
y me queda aún
                         la insurrecta necedad
                                                            de lo imposible.