29 agosto 2010

DEDÍNTIMO

Tu dedo
que voltea páginas de libros
y advierte inquisidor el polvo de los muebles
detiene el horizonte
señala autobúses
y sabe de memoria telefónicos números.

Ese tan acusador que presume de uña y medialuna
absorbe la duda en un señalamiento
y teológico mantiene en equilibrio el cielo.

Dedo de asamblea
que gusta de tocarme superficies
y repasarme los párpados cerrados
el rival más temible que conozco.

Índice tuyo
perfecto oculto en sus barnices
aparente ingenuo
entregado a sus labores afirmativas.

Tu dedo
breve hipócrita
que me sustituye en las ausencias
y hace el delirio frecuente de tu sexo
.                                                                        cómplice.

27 agosto 2010

ESTÁ LA LLUVIA EN SU APOGEO

ruidosa. 
              Se cuelga de los cables 
              se balancea en los tendederos
              se desliza en las esquinas.

 Llueve. Estoy en medio de la lluvia 
                                                                          sin paraguas
                                                                          sin prisa 
                                                                          y sin ti.


06 agosto 2010

SUENA EN LA NOCHE TU VOZ

timbre para alborotar la madrugada y quitarle a las horas su cobija
le desabotona al sueño su sosiego en  palabras que indómitas
desnudan el deseo en su dictadura de gozo.

Obscena en su  jadeo de sílabas y acentos
lúbrica
sin pudor se adueña de la línea y traza el movimiento de la noche.

Ordena el recorrido del roce en la penumbra
y exige en el susurro su dosis de espejismo en la levedad de la delicia.

Ángel en el infierno convulso del paraíso de las sábanas 
anuncia la venida inundada de sonidos
ayes y lamentos como oración final en dicha que agradece
y después se cuelga tu voz en el auricular de los silencios
que amanece el día.
Amanece.

(Dedicado a Judith)



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Dedicado a Lebaum
por llevarme a desandar el camino
ERA JUEVES
y me entregué a sus brazos
en aroma de incienso
entre bruma y en un cuarto de mañana.

Débil
mi cuerpo se recostó en el suyo
y abrazó mi cargamento de tormentas desatadas.

Su rostro pálido
en el rincón de la penumbra
le dí la palma de mis manos
como quien da la vida
y despojó de mi cuerpo los pesares
uno
a uno
y los lanzó a la nada
en el claroscuro de las horas.

Su voz
se amotinó en mi cuerpo
me rodeó la voluntad
y me extrajo puñales de traición
así me dijo
y era viento
en bocanadas de plegaria.

Regresará
y vendrá contigo
pero lejos
lejos la quiero
quien te arrojó al fango
y te atravesó la espalda.

Se fumó un cigarro
sostuve entre los labios el mío.
Cuéntame la intención de tus afanes
y salieron palabras como soles
a relucir deseos.
El destino se cumple
en la necesidad de quien lo pide
estampa las letras que nombran tus empeños
que trazas en ellas el rumbo de tus días.

Regresa con siete luces
sándalo
romero
y alumbre
en jueves y temprano
me dijo en un murmullo
y salí al mediodía
sin prisa
sin habla
sin cuchillos.

(Entrada publicada en Escribidores y Literaturos en Mayo 31)